El caníbal de Milwaukee: Jeffrey Dahmer

Jeffrey Dahmer juicio

Conocido por ser uno de los asesinos en serie más crueles de la historia reciente, Dahmer provocó con sus crímenes una movilización social y de las minorías, ya que éste confesó 17 asesinatos de los cuales, 11 eran afroamericanos y homosexuales. Sin embargo, Dahmer contaba con numerosos delitos y altercados anteriores a los asesinatos.

Comencemos por el principio de esta terrible historia… ¿Qué sabemos sobre su infancia?

Su madre, acostumbrada a tomar tranquilizantes para calmar su estado, continuó haciéndolo durante el embarazo. En los primeros años de vida, Dahmer se ve envuelto en numerosos traslados y mudanzas debido al trabajo de su padre. A la edad de 4 años, se sometió a una operación a causa de una hernia, lo que para sus padres supuso un antes y un después en el comportamiento del menor. Lo describían como un chico entusiasta, alegre y empático que pasó a ser un chico sombrío, sin ilusión por la vida y retraído. Apareció en él un extraño miedo que le llevó a perder la confianza en sí mismo.

Durante la etapa en la que acude a la escuela, su actitud se vuelve todavía más retraída, algo que los profesores relacionan con el nacimiento de su hermano pequeño. Sin embargo, el motivo no era únicamente ese, ya que las diferencias entre sus padres habían comenzado, y dormían incluso en camas separadas. Las discusiones eran diarias en casa. En este período comienza a interesarse por juegos extraños, como los animales muertos que se encontraba al ir en bici, y que pronto comienza a examinar por dentro junto a su padre. A la edad de 14 años no sólo diseccionaba animales sino que, los desmembraba y era capaz de limpiar los huesos y a conservar restos.

Siendo ya un adolescente, Dahmer parecía caminar tenso, con el cuerpo rígido e inflexible. Cuando alguien se acercaba enmudecía y prefería pasar el tiempo encerrado en su habitación. A pesar de ello, algo cambió en secundaria y Jeffrey intentó hacer amigos aunque su modo de relacionarse se caracterizaba por ser excéntrico. Se movía llamativamente para atraer la atención y realizaba imitaciones que le volvieron popular entre compañeros. Comenzó a beber e incluso guardaba alcohol en su taquilla. Cuando se le preguntó por ello en la cárcel aseguró que la bebida apaciguaba la angustia que sentía. En este momento también descubre su orientación sexual, lo que supone un fuerte conflicto personal. Dahmer vivía en una sociedad de visión homófoba y de educación religiosa.

A finales de los años 70, ingresó en la Universidad de Ohio de la cual, fue expulsado por consumo de alcohol. Poco después, viajó a la base militar de Alabama y fue dado de baja por su comportamiento impredecible y agresivo. En 1986 fue arrestado por masturbarse frente a dos menores de 12 años. A pesar de ello, el cargo fue por conducta desordenada, y fue sentenciado a la realización de un programa de reinserción social, y a la obligación de acudir a terapia por su desviación sexual y dificultad para el control de los impulsos. Durante la evaluación con la Dra. Evelyn Rosen, algunas expresiones seleccionadas por Dahmer en las pruebas administradas causan alarma. Algunos ejemplos de ellas serían <Sigo teniendo pensamientos extraños de los que desearía poder deshacerme> <últimamente, he comenzado a sentirme solo y vacío>

Y es que Dahmer no cooperaba con la doctora, y por orden del tribunal, tuvo que asistir a nuevas evaluaciones donde destacaron el desafío a la autoridad, el sentimiento de frustración dominante, la dificultad para expresar emociones y la presencia de metas poco realistas. Poco después volvió a ser arrestado por agresión sexual en segundo grado y condenado a 5 años de cárcel.

El primer crimen lo comete el 18 de junio de 1978, golpeando y asfixiando hasta la muerte a un joven de 18 años. 9 años después, asesina a su segunda víctima, un joven de 26 años al que conoce en uno de los bares de ambiente gay que frecuentaba. Después de esto ya no volvería a esperar 9 años para buscar a su siguiente víctima. Tomaba fotos de sus víctimas con una polaroid, conservaba órganos, cráneos, e incluso la cabeza de una de ellas. Mantenía relaciones sexuales con los cuerpos y llegó a comerse los bíceps y a convertirse, además de en delincuente y asesino, en caníbal y necrófilo.

Varias veces se pudo poner fin a esta pesadilla, pero los policías no intervinieron. Estuvieron en su apartamiento, una casa con olor putrefacto, con un menor de edad drogado, restos conservados de otras víctimas, y un cadáver en el suelo del dormitorio que no vieron. Además, lo pararon con su vehículo cuando iba a deshacerse de uno de los cuerpos. No fue hasta que una de sus víctimas, Tracy Edwards, logró escapar y acudir a la policía cuando todo esto terminó ¿Cómo fue posible todo esto? ¿Fueron los prejuicios raciales?¿La homofobia?

Una vez en prisión, los detectives Patrick Kennedy y Dennis Murphy, se sentaron frente a él durante más de 60 horas. Se reconstruyeron los asesinatos, y se identificaron 11 cuerpos. Poco después, los policías que acudieron al apartamento de Dahmer, fueron despedidos del cuerpo por abandonar a un menor de edad sin realizar las investigaciones necesarias.

Dahmer continuó en prisión realizando labores de limpieza y recuperando su contacto con la religión. Fue bautizado y declaró asumir toda la responsabilidad de sus actos, exculpar a su familia y a la sociedad hasta el día de su muerte. El 28 de noviembre de 1994, un reo con quien compartía labores, lo golpeó hasta que le aplastó el cráneo, provocando su muerte en el hospital. Su muerte recuerda a la de su primera víctima.

Se ha hablado mucho sobre si sufría algún tipo de trastorno mental o no. Le diagnosticaron trastorno límite de la personalidad, personalidad esquizotípica, necrofilia, alcoholismo, demencia e incluso trastorno psicótico. Pero, ¿era realmente un enfermo mental? ¿Tenía el control de sus impulsos, o realmente era incapaz de controlarlos como refería el propio Dahmer?





Si os interesa saber más:





Anterior
Anterior

¿Cómo le digo a mi hijo/a que nos separamos?

Siguiente
Siguiente

Psicología forense: Antecedentes