“Escríbeme cuando llegues”. Violencia sexual.

“Escríbeme cuando llegues”

¿Cuántas veces has dicho u oído esta frase? ¿has mirado hacia atrás al sentir que alguien se acerca? ¿Cuántas veces has cruzado la calle porque venía “alguien raro”, o has llamado por teléfono “por si acaso”?

En nuestra sociedad las mujeres conviven diariamente con miradas lascivas, y comentarios obscenos en los mejores casos. Es algo que nos puede parecer “normal”, pero que no debería ser así. Es de gran importancia recordar que la violencia sexual no implica únicamente la violación o el abuso, sino que el acoso, ya sea verbal, no verbal o físico, también es violencia sexual. Que mientras caminas por la calle te “piropeen” puede llegar a ser considerado un tipo de violencia sexual, no es ningún halago. Seguro que todas tenemos en la mente alguna frase que nos ha hecho sentir desagrado, por decirlo de alguna manera, mientras íbamos por la calle. Alguna frase por la que alguno dirá que debíamos estar agradecidas. Que envíen imágenes de contenido sexual explícito, gestos obscenos o miradas insinuantes también son un tipo de violencia sexual. Que te intenten besar, acercamientos o tocamientos sin tu consentimiento también son violencia sexual. Las cifras siguen siendo hoy día terroríficas.

Aunque la gran mayoría de la población condena este tipo de delito, cuando se pregunta por ciertos comportamientos que no implican relaciones sexuales, o estas relaciones se enmarcan en el ámbito de la pareja, disminuye notablemente el porcentaje de personas que condenan o castigan este tipo de comportamientos, y eso es un problema que sigue teniendo nuestra sociedad. Los datos de los años 2021 y 2022, sugieren una subida de los casos de delitos sexuales, aunque este incremento no significa necesariamente que hayan aumentado los delitos, sino que los delitos existentes se pueden estar denunciando más.

Cuando ponemos la televisión es inevitable pensar en ocasiones ¿Otra? ¿otra violación en grupo?¿Otro padre que abusa de su hija?… Lo peor de todo esto es que hay muchas, muchísimas más que no salen a la luz. Hay muchos casos que no se denuncian y otras que no llegan a televisión. Muchas que no son contadas a un amigo, a un familiar y mucho menos a la policía. Conocemos aquellas agresiones que, por desgracia acaban en muerte, que se llegan a denunciar o que sus datos son conocidos a través de encuentras e investigación. Conocemos algunos datos, que como reflejo arriba son terroríficas:

  • Se estima que 736 millones de mujeres, una de cada tres, ha experimentado alguna vez violencia física o sexual.

  • El 84% de las víctimas de delitos sexuales son mujeres siendo el 96% de los responsables hombres.

  • En España, en el año 2021, se registró una violación cada cuatro horas.

Sin embargo, la realidad de la violencia sexual se describe a partir de la metáfora del Iceberg, conociendo entre un 6-20% de los delitos que se llevan a cabo realmente. En este pico del iceberg tendremos todo lo comentado anteriormente; muertes, violaciones mediáticas, denuncias y encuestas, para dejar ocultos los datos sobre trata de personas y explotación sexual, relaciones forzosas en pareja, y toda la violencia sexual no denunciada.

Pero… ¿Por qué no se denuncia?

En los últimos años, se han publicado diferentes investigaciones que sugieren que los motivos que explican el por qué muchas agresiones quedan impunes son la culpabilidad y la vergüenza que siente la víctima, entre otros. Es importante señalar que en la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer de 2019, se sitúa como motivo de gran peso el miedo a no ser creía por los tribunales, y el miedo a sufrir una revictimización.

La reacción familiar y del entorno ante la revelación de los abusos, es crucial a la hora de poder evitar o reducir los efectos de una revictimización. Teniendo en cuenta que la revelación es una variable que puede modular las percepciones y emociones de la víctima, una respuesta de falta de apoyo, de culpabilización o incredulidad son actitudes que incrementan el riesgo de desajuste y malestar.

Otro factor importante es la actuación del personal policial. Que los agentes validen y reconozcan sus emociones dando un clima de tranquilidad y confianza, que den tiempo para contestar y no culpabilicen.

El abordaje del personal forense y sanitario:  Los comentarios que puedan realizar, así como el número de profesionales que se encuentra en el momento de la intervención, pueden afectar a la persona negativamente. “Si no fueseis así vestidas”, “ a quién se le ocurre ir sola por la calle a esa hora”, “bebéis y os volvéis locas”…

Las estrategias de letrados y fiscales: el encuentro con el abogado defensor durante el juicio oral. Preguntas complejas, directas o sarcásticas pueden facilitar la revictimización. La tendencia a culpabilizar a la víctima para beneficiar al agresor y restar culpabilidad del mismo.

Además, la Ley española 4/2015, de 27 de abril, del Estatuto de la víctima del delito recoge en su preámbulo la existencia de la “segunda victimización” y considera esencial para evitarlo “la minoración de trámites innecesarios”, entre otras medidas. Que la víctima no deba pasar por numerosos profesionales ni alargar el proceso más de lo necesario es fundamental para reducir la revictimización.

Por otra parte, las alarmas se disparan cuando leemos que la trata de personas se encuentra entre los tres primeros negocios ilícitos más fructíferos, junto con el narcotráfico y la venta de armas. Según datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) se documentan datos de casos de hasta 225.000 víctimas de trata de personas entre 2003 y 2016 siendo un 75% mujeres y niñas con fines de explotación sexual.

Mujer de perfil en la orilla del mar

Aún así, todo lo comentado no son más que pinceladas para poder entender la importancia de parar la situación que estamos viviendo, y la necesidad de prevenir y erradicar la violencia sexual. Lo necesario que es poder conocer las causas de la violencia, y la tolerancia que, a día de hoy, sigue existiendo, las actitudes sociales que justifican y que permiten que este tipo de violencia no desaparezca.





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