Neurobiología y psicopatía

Las alteraciones genéticas están relacionadas con las variaciones estructurales en el cerebro. La literatura existente sobre el comportamiento indica que las anomalías estructurales y funcionales más comunes se distribuyen en distintas áreas cerebrales frontales y temporales.

En los siguientes párrafos se resumen algunos de los hallazgos descritos en distintas revisiones a través del uso de técnicas de neuroimagen como el TAC o la RM entre otras. Se encuentran anomalías en la amígdala, estructura situada en el lóbulo temporal y cuya función esencial es la percepción y expresión de las emociones como puede ser el miedo o la ira. En el estudio de Pardini de 2014 se analizó el volumen de la amígdala en reclusos señalando una reducción de su volumen en un 17% para aquellos con rasgos psicopáticos. Estos resultados mostraron congruencia con otros estudios de años anteriores.

En cuanto al hipocampo, se han descrito asimetrías estructurales localizadas en la región anterior del mismo en sujetos con rasgos psicopáticos con tendencia a cometer delitos. Otra estructura que parece estar implicada es la ínsula, la cual, se encuentra relacionada con el sistema límbico por su papel en la experiencia de emociones básicas y, ha sido también analizada en busca de posibles relaciones con la presencia de rasgos psicopáticos indicándose así, una reducción significativa del volumen de la materia gris en ella y una activación menor.

El estriado ventral que, abarca el núcleo accumbens y regiones ventromediales del caudado y putamen , muestra una disminución de la reactividad por lo que se presupone que, habría una mayor participación en la toma de riesgo o búsqueda de sensaciones para compensar ese déficit.

Pero, ¿y la neuroquímica?

Los estudios muestran alteraciones en los sistemas dopaminérgicos y serotoninérgicos en su mayoría. La serotonina (5-HT) está implicada en el comportamiento, el estado de ánimo y, más recientemente la empatía. Se ha evidenciado una reducción relacionada posiblemente con conductas agresivas.

Por otro lado, existe una correlación positiva entre el nivel alto de dopamina (DA) y las características impulsivas del psicópata. Además, el ácido gamma-aminobutírico (GABA), se ha visto que niveles bajos de este neurotransmisor tiene implicación en la modulación de la agresión.

Diversos estudios sugieren que el sistema endocrino puede estar desempeñando también un papel importante en la explicación de la etiología de los rasgos psicopáticos. Las dos hormonas que presentan correlación positiva son el cortisol y la testosterona. Niveles altos de testosterona ejercen una influencia en los comportamientos agresivos mientras que, el cortisol lo hace en niveles bajos.

A pesar de todo lo comentado, existen contradicciones en ciertos estudios por lo que, queda reflejada la necesidad de mayor investigación en el ámbito de las estructuras que se encuentran implicadas en los rasgos psicopáticos.

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