Hitler: su historia.

Adolf Hitler nació en Braunau am Inn, frontera con Alemania. Sus padres, Alois y Karla, eran primos. Fruto del matrimonio nacieron 6 hijos de los cuales, solo llegaron a la edad adulta Adolf y Paula.

Su padre, Alois H., funcionario de profesión, era descrito por su hijo como un hombre rígido, autoritario y violento, que además solía tomar alcohol. Tanto así que, el propio A.H. comentaba “Entonces tomé la decisión de no llorar nunca más cuando mi padre me azotaba. Unos pocos días después tuve la oportunidad de poner a prueba mi voluntad. Mi madre, asustada, se escondió enfrente de la puerta. En cuanto a mí, conté silenciosamente los golpes del palo que azotaba mi trasero”.

A la edad de 6 años, A. Hitler sufría importantes terrores nocturnos por lo que, Sigmund Freud, aconsejó a su padre ingresar al pequeño para ser tratado a lo que se negó posiblemente, para evitar que se percatasen de los malos tratos que Adolf sufría.

Durante toda su infancia, su padre intentó convencerle, a la fuerza, de que debía ser funcionario como él, sin embargo A.H. prefería las artes, arquitectura y la historia, especialmente temas relacionados con militancia. Su madre, por el contrario, era una mujer débil, sumisa, dulce y muy protectora. A. Hitler comentaba el apego tan fuerte que sentía hacia ésta y cómo su vida cambió cuando murió.

Siempre mostró ser un chico inteligente y autodidacta al que le encantaba leer. A pesar de ello, presentaba grandes dificultades a la hora de relacionarse, por lo que solía estar solo.

A la edad de 13 años es testigo de la muerte de su padre por una apoplejía y sólo dos años después de la de su madre. Este último hecho supuso un cambio en su vida que, llena de miserias y búsqueda de trabajos temporales para conseguir vivir el día a día, daba lugar a un carácter minucioso y previsor.

Sin la pensión de sus fallecidos padres, vivió como un verdadero vagabundo. “Durante meses residió en las calles, dormía en los parques y en los cafés que abrían toda la noche, debajo de los puentes, en las entradas de los edificios y, a veces, encontraba refugio en los albergues para indigentes y en pensiones de mala muerte». Se alimentaba en comedores de caridad, no tenía abrigo, vestía como un indigente y se veía obligado a pernoctar en iglesias

A la edad de 16 años, descubre qué significa el marxismo y judaísmo y con ello su rechazo a éstos. Comenzó a ver que las desigualdades entre burgueses y clase obrera no se contaban en la prensa, y que sus líderes eran judíos, aumentando así su odio hacia éstos.

Tras una serie de conflictos donde se encontraban relacionados judíos decide que él mismo se encargaría de solucionarlo “Al defenderme del judío, lucho por la obra del Supremo Creador”. Poco después, con 17 años, entra en un sindicato socialdemócrata, donde descubre sus cualidades para la oratoria gesticular, su carisma y capacidad de liderazgo además de, su capacidad de manipular, encantar e impresionar a quienes están en contacto con él.

A pesar de toda la pobreza que vivió, lo experimentó como una oportunidad y una suerte pues “Pero más que todo, doy todavía mayor valor al hecho de que aquellos años me sacaran de la vacuidad de una vida cómoda para arrojarme al mundo de la miseria y de la pobreza, donde debí conocer a aquellos por quienes lucharía después”. Todo esto hará más fuerte su sentimiento de venganza y odio hacia el estado austriaco, pues siempre sintió que lo mejor era el anexo Austria-Alemania. Además, durante el período en el que vive en la calle es testigo de que numerosos hombres mantienen relaciones sexuales con prostitutas, lo que le hace cuestionarse el problema de la transmisión de enfermedades sexuales.

A la edad de 24 años, en 1914, con el estallido de la 1º Guerra Mundial, se ofrece voluntario para servir con el ejército alemán, donde recibe numerosas medallas por su desempeño. Tras la Guerra, las dificultades y descontento social y económico en el país, junto al miedo irracional de las clases alemanas a que los comunistas se hicieran con el poder, aumentó el anhelo de una dirección más autoritaria, un liderazgo de la mano de Adolf Hitler y su Partido Nacionalista.

Aquí, se pudo ver el carisma del nuevo líder. Sus compañeros durante el holocausto y la 2º Guerra Mundial lo describían como una persona que no expresaba emociones, con gran falta de empatía, agresivo y sin escrúpulos. A pesar de ello, parecía ser era amante de los animales y ecologista.

En cuanto a su salud, durante la 1GM sufre ceguera desconociéndose si su origen fue un ataque con gas como él presumía o, ceguera producida por el estrés de la propia guerra. Destacaban numerosas crisis de migraña, problemas cardíacos junto a su tensión alta. Hacia el año 1937, a penas lograba mantenerse en pie sin estimulante (anfetaminas en su mayoría). También padecía de temblores en las extremidades pero parece que la enfermedad de Parkinson quedó descartada. Sus problemas de estómago habían empeorado con el inicio de la guerra y se habían unido a dolores de garganta.

Kubizek, un amigo que mantuvo en la infancia, lo describe como “ de constitución no era en modo alguno la de un hombre fuerte, sino más bien delgado y frágil. Su salud era peor de lo que hubiese sido de desear y él se lamentaba frecuentemente de ello. Tenía que protegerse ante el clima nebuloso y húmedo de Linz durante los meses de invierno.”

En lo referido a su relación con las mujeres, se cree que siempre estuvo enamorado de su sobrina, la cual quedó impresionada en un primer momento por su capacidad encantadora como se comentó anteriormente. Sin embargo, destacaban ataques de celos hacia ella.

Se conoce una amante que mantuvo durante años, Eva Braun. Cabe suponer que se encontraron por primera vez en 1929 cuando, Hitler, con el pseudónimo de Herr Wolf, acudió al estudio de fotografía Hoffmann, donde ella trabajaba. Comenzaron a salir a comer y a la ópera momentos en los que, aseguran que Hitler era capaz de hacer unos “cumplidos encantadores” a la chica. Aún así parece que no se convirtió en una relación íntima hasta 1932.

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