La psicología de Adolf Hitler

Aunque han sido numerosos los diagnósticos arrojados al Führer, en realidad solo podemos especular sobre lo que podía o no sucederle. Tras revisiones y estudios realizados sobre su historia, intentaré reflejar el por qué de las problemáticas o diagnósticos que considero más fieles a la evidencia con la que contamos hoy día.

Quizá la primera palabra que se nos viene a la cabeza al pensar en Hitler es la de “psicópata” y sí, estamos en lo cierto. El Führer fue descrito por sus compañeros durante la guerra como una persona que no mostraba sus emociones, sin empatía y sin escrúpulos. Por otra parte, August Kubizek, un amigo de la infancia, destacaba la oratoria y carisma del futuro líder. Cómo disfrutaba manipulando su entorno. Por otro lado, su propia sobrina y Eva Braunn destacaban el encanto superficial que presentaba Adolf. Su absoluta falta de empatía y remordimientos le llevó a no imponer censura en los crímenes llevados a cabo en su deseo para dominar el mundo. Se destaca también su capacidad para mentir y utilizarlo al servicio de su beneficio. Ejemplo claro de ello, puede ser la traición al propio Stalin, con quien firma un tratado de cooperación para posteriormente declararle la guerra. Era capaz de saber qué quería la sociedad y ofrecérselo utilizando por ejemplo, la religión ante una población mayormente cristiana. Adolf Hitler nunca se enfrentó a la religión sino que, la utilizó para dar una imagen donde él era un ser elegido.

Por otra parte y, en comorbilidad con la psicopatía, tenemos un posible trastorno narcisista. Adolf muestra comportamientos arrogantes y de autosuficiencia. Su elevado concepto de sí mismo no se ajusta a la realidad. El mismo Kubizek hace referencia a lo convencido que estaba el joven Adolf en que conseguiría tener éxito, tanto que, en el momento en el que recibe rechazos no era capaz de aceptarlos. Convencido así de que debía tener privilegios respecto a los demás por ser quien es que, era digno de admiración. Un ejemplo que se puede añadir a todo esto es la respuesta que el propio Hitler da cuando se le pregunta por el motivo de su bigote. Al ser preguntado contesta algo parecido a “si no está de moda lo estará al llevarlo yo”. Como hemos visto en los rasgos psicopáticos tiene una gran capacidad de manipulación de su entorno y dificultad para empatizar o mantener relaciones sociales.

En muchas ocasiones se ha hablado sobre la orientación sexual del Führer. Es cierto que, se desconoce mucho de su vida íntima sin embargo, existe documentación donde se recoge que el dictador consideraba especialmente importante, en los tiempos de lucha, parecer soltero y se comparaba con los actores que, cuando se casan, dejan de ser el ídolo de las mujeres que le siguen”. En la línea de lo comentado anteriormente, parece que también coincidiría con él un miedo al contagio de enfermedades de transmisión sexual. Durante la época que vive en la calle es testigo de cómo numerosos hombres mantienen relaciones sexuales con prostitutas y acaban contagiados. No hay documentación que confirme que el propio Hitler padecía sífilis como también se ha rumoreado.

A lo largo de la historia se ha comentado que Hitler sufría esquizofrenia. En mi opinión, el consumo de sustancias al que estaba acostumbrado el Führer podría explicar la sintomatología. La toma de anfetaminas (pervitin), cocaína y opiáceos podrían relacionarse con la melagotomanía.

A pesar de que en su infancia ya se podían ver fantasías poco ajustadas a la realidad, por ejemplo cuando dice que él mismo se encargaría de los judíos o que estaba aquí para salvar a la humanidad, son más notables y numerosos los delirios tras su tratamiento con dichas drogas.

Son numerosos los documentos en los que se hace referencia a las numerosas pesadillas y terrores nocturnos que Adolf presentó durante toda su vida. Refieren gritos, pesadillas y miedos en relación a algún familiar que podría tratarse de su padre. Se despertaba lleno de sudor, con los labios azulados y muy tenso. Esto le llevó a sufrir insomnio y a tomar numerosas sustancias para ello.

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